En ocasiones me parece que vivamos al grito de ¡Sálvese quien pueda!. He notado esa sensación en mí misma al oir rumores de que Eurovegas se va a Madrid. Uffffff!! allá ellos, los madrileños, sentí en mi interior. Pero luego, una vocecita que aún conservo me hacía caer en la cuenta que nadie se merece esa mierda. Nadie. En todo caso la merecen aquellos que no van a sentir sus consecuencias porque viven en sus paraísos y que son los que lo han ideado y lo van a llevar a cabo. Aquí, en Catalunya nuestro gobierno ya está barajando otros proyectos para nuestro país, y mucho me temo que sean tan indecentes como Eurovegas.
Se acerca el 11 de Septiembre, nuestra Diada, y no me apetece celebrarla. No porque esté en contra de reivindicar todos nuestros derechos como pueblo, sino porque estos gobernantes que se llaman nacionalistas ni me emocionan ni me convencen. Es la burguesía catalana que tiene unos valores que no comparto. Critican al gobierno de España y ellos están haciendo lo mismo con los catalanes. Levantan las alfombras y meten la basura debajo, para que no se vea. Hacen ver que son, pero en realidad son solo para unos pocos.
Ajenos a la miseria que se está apoderando de la mayoría de españoles y catalanes, y promocionando un slogan: ¡Sálvese quién pueda!
Se acerca el 11 de Septiembre, nuestra Diada, y no me apetece celebrarla. No porque esté en contra de reivindicar todos nuestros derechos como pueblo, sino porque estos gobernantes que se llaman nacionalistas ni me emocionan ni me convencen. Es la burguesía catalana que tiene unos valores que no comparto. Critican al gobierno de España y ellos están haciendo lo mismo con los catalanes. Levantan las alfombras y meten la basura debajo, para que no se vea. Hacen ver que son, pero en realidad son solo para unos pocos.
Ajenos a la miseria que se está apoderando de la mayoría de españoles y catalanes, y promocionando un slogan: ¡Sálvese quién pueda!