EL CASO CENTELLES: LA PACIENCIA TIENE UN LÍMITE

Me ha conmovido uno de los hermanos Centelles, en sus declaraciones de hoy en tv3. Se le veía dolido y con rabia hacia el gobierno de su país: la Generalitat. Lo ha dicho claramente, pero no hacía falta, el Cuní (excelente periodista y entrevistador) se lo ha mostrado al final de la entrevista, con lo que dicho Centelles ha podido desahogarse. Con las preguntas concisas del periodista ha sido fácil hacerse una idea de lo que ha ido ocurriendo a través del tiempo, desde que el Agustí Centelles, el fotógrafo "considerado uno de los iniciadores del fotoperiodismo en España y algunos han llegado a denominarle el Robert Capa valenciano" volvió del exilio y ha estado intentando dar a conocer su legado sobre la guerra española en Catalunya. De pena. Me he quedado impactada del poco reconocimiento que nuestro gobierno catalán -el actual y el de Jordi Pujol- ha dado a su obra. No me extraña que sus hijos estén hasta el gorro de intentar negociar con unos políticos que valoran tan poco la obra de su padre. Imagino, siendo como ellos se han declarado, nacionalistas, lo que deben de haber aguantado para acabar prefiriendo que las fotografías se guarden en Salamanca.
Mi opinión personal es que ha sido un error, pero entiendo que todo tiene un límite y que cuando los que mandan se ponen chulos, se puede perder la calma y hasta el sentido común. Y me gustaría que todos rectificaran y las fotos se queden aquí, que es, en realidad y por lo que han explicado, lo que su padre quería.

Comentarios

  1. Lo que Agustí Centelles i Ossó quería SOLO LO SABEN SERGI i OCTAVI CENTELLES. Dentro de unos días colgarán en la red todos los documentos, las ofertas y las amenazas y coacciones sufridas.

    La paciencia tiene un límite y el intento de lichamiento de Sergi y Octavi Centelles es una clara demostración de la prepotencia y chulería de la "costra nacionalista"

    ¿Antes alemana que catalana? Podían vender su archivo a coleccionistas de Estados Unidos, subastarlo en Christies, con una oferta millonaria.

    ¿Peseteros, botiflers?

    Lo escrito sería digno de Goebbels, pero con acento barceloní.

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