"Las cuatro big bands de la minúscula escuela pública de la Concepció -tan pequeña es que ni siquiera está en una calle, está en uno de los pasajes más cortos del Eixample- celebraron ayer la quinta edición del Premio Patxin para reivindicar la supervivencia del proyecto musical que ese centro educativo mantiene vivo desde hace ya 20 años. Es una rara avis, una brizna de hierba en la Luna, el ornitorrinco de los sistemas educativos, insólito pero eficaz. Sin embargo, son tiempos de recortes. Dicen que Napoleón, tras escuchar La marsellesa, exclamó: «Esta música nos ahorrará muchos cañones». Con ese espíritu sonó ayer en el pasaje de Pla el ritmo de jazz de los niños de la escuela, con especial fortuna para los de sexto de primaria, que compartieron escenario con el destinatario del premio este año, el pianista Ignasi Terraza en un estremecedor I feel good. Pura sana envidia..."
"... EL MODELO / Joan Vilalta, coordinador de las cuatrobig bands de la escuela, explica de un modo delicioso lo que sucede allí, en horario escolar. Los niños cursan las asignaturas convencionales, pero nada de convencional tiene el modo en que encaran las lecciones de música. No cargan las mochilas con solfeo. «Esto tiene algo, por decirlo de algún modo, de orquesta valenciana. Se aprenden unas nociones mínimas y es la interpretación en grupo, simplemente el ensayo y la actuación en público, la que hace el resto», explica Vilalta.
"... EL MODELO / Joan Vilalta, coordinador de las cuatrobig bands de la escuela, explica de un modo delicioso lo que sucede allí, en horario escolar. Los niños cursan las asignaturas convencionales, pero nada de convencional tiene el modo en que encaran las lecciones de música. No cargan las mochilas con solfeo. «Esto tiene algo, por decirlo de algún modo, de orquesta valenciana. Se aprenden unas nociones mínimas y es la interpretación en grupo, simplemente el ensayo y la actuación en público, la que hace el resto», explica Vilalta.
La elección del estilo musical también es, según parece, crucial. Swing, blues, boogie y cualquier primo hermano del jazz han demostrado ser ritmos perfectos para el objetivo final que persigue (y asegura que lo logra) la escuela de la Concepció. «El sistema desarrolla el oído, el ritmo, la voz, la capacidad de abstracción, la lectura, la memoria y, por lo tanto, facilita el aprendizaje lingüístico y matemático. Así lo demuestran los resultados de la Concepció en las evaluaciones escolares», destacó ayer el actor Toni Sevilla durante la lectura del manifiesto de defensa del proyecto del centro..." Leer la noticia