DEMENCIAL

No puede ser que estén pasando tantas cosas juntas: políticos sin ética y sin estética, posibles votantes a quienes nos gustaría tirar la papeleta por el inodoro(si no fuera por la contaminación ambiental que supondría).... la sinrazón voceada por los medios de comunicación. ¿En dónde nos refugiamos los que creíamos en la política decente? En tiempos se decía que el fútbol era el opio del pueblo. Ahora hay muchas clases de opio, todos cumpliendo su función de alejarnos de una realidad que no hay por donde cogerla. Muchos jóvenes se aferran a alguna actividad que les conecte con su vida, aquí y ahora, aunque sea a base de irse por las nubes, porque el espectáculo que ven aquí abajo les deja sin presencia y sin futuro posible. Otros se vuelven radicales que, por lo menos les hace sentir que existen. Los mayores lo mismo. Con el agravante que la falta de perspectiva en un tiempo que se acorta, hace que caigas en una desesperanza o en una radicalidad que te haga sentir vivo.

Señoras y señores políticos, señoras y señores votantes, la sociedad lleva muchos siglos de existencia, ha habido épocas para todos los gustos y hemos llegado a un punto que, por lo menos en nuestro país, no es de los más nefastos. ¿Y si aprendiéramos de la experiencia colectiva, y si nos separásemos un poco más de nuestras miserias personales y nos dedicáramos a salvar esta etapa tan difícil para avanzar en nuestro proceso civilizatorio? (perdón por la expresión, pero no se me ocurre otra: nos civilizamos o nos destrozamos)

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