Cuánto nos falta por conocer, para darnos cuenta de las pifias que hemos hecho como sociedad, para poder empatizar con los sufrimientos inútiles que nos hemos inventado para vivir tranquilos. Dolors Bassas me hizo estremecer con sólo un apunte de lo que supone vivir en la cárcel. No eres dueño de tu vida, ni de tu cuerpo ni de tu psique. Sentí y pensé que es un robo, que a ellos, los presos políticos, como al resto de los presos les están robando la vida.
¿No hay otras alternativas? ¿Qué hacer con las personas que de una manera u otra se saltan las leyes? El tema no es menor. Los presos políticos no han hecho daño físico a nadie, ni directa ni indirectamente. No hay excusa para tenerlos encerrados. Los otros, los que sí han hecho "fechorías" y malviven en ese claustro que, para lo que menos sirve es para "rehabilitarles" son personas a las que una sociedad más centrada en lo humano, daría nuevas oportunidades de "reinserción".
La vida es hermosa en libertad y en un ambiente suficientemente cálido y amoroso. Muchos no lo tienen y sobreviven como pueden. Es fácil caer en conductas insolidarias cuando no se tiene lo básico. Nos molestan los que nos roban, nos horrorizan los que nos matan. Seguramente, ellos viven en el horror de no tener una vida digna, no solo física, sino psicológicamente digna. Algunos de esos desamparados no viven en su horror, sino que lo esconden bajo una conducta agresiva. Tenemos muchos profesionales sin trabajo que estarían encantados de ayudarles. Tenemos muchas opciones de trabajos solidarios para no tener que encerrar a las personas y robarles su vida.
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