Pensar lo que estamos viviendo, esta situación nueva, que parece irreal. Este artículo de Santiago Alba Rico, nos ayuda a hacerlo. Para mi gusto, utiliza demasiadas palabras "cultas", demasiada retórica intelectual, pero con un poco de esfuerzo, podemos quedarnos con el fondo de su pensamiento, a mi parecer, muy interesante. Transcribo unos párrafos, abajo pongo el enlace para leerlo entero.
"Antropológicamente no estamos preparados. Pero mucho menos lo está el capitalismo para hacer concesiones. En el año 2008 los ciudadanos rescatamos a los bancos; hoy sería justo e imperativo que los bancos rescatasen a los ciudadanos. No ocurrirá. El capitalismo, esa descomunal fantasía, es capaz de succionar beneficios incluso de lo real disruptivo. La economía lleva algunos siglos y, sobre todo, algunas décadas negando el mundo y va a seguir haciéndolo. Nuestro desafío como humanos repentinamente arrojados a él es casi heroico: proteger la salud de cada cuerpo como si fuera nuestro propio cuerpo; proteger nuestras estructuras sanitarias, erosionadas por los recortes y por el nihilismo hedonista de algunos des-almados; proteger la democracia, que ya estaba debilitada y que puede sucumbir mañana a un permanente estado de excepción, por muy justificado que esté hoy; y protegernos, sobre todo, de una economía que nunca ha reconocido la independencia del mundo y que, ante la comparecencia de lo real, decidirá una vez más -entre el capitalismo o el mundo- sacrificar el mundo con todos sus habitantes.
Lo peor esperable, dice un amigo, es que cuando pase esta crisis volvamos a donde estábamos, como si nada hubiese ocurrido. Hay otras dos opciones, excluyentes entre sí. Una es que, traumatizados por lo real, con menos defensas que nunca, busquemos nuevas inmanencias en regímenes autoritarios al servicio de un remozado capitalismo "nacional". La otra es que defendamos con uñas y dientes la independencia del mundo revelada de la peor manera y, tanto en la esfera antropológica como en la política, a nivel local y global, prolonguemos y gestionemos este parón y su dimensión auroral, fundacional, constituyente. Para ello, frente a los des-almados y a los automatismos, necesitamos buenos ejemplos. Y los tenemos. En el orden antropológico, ahí están los médicos, los sanitarios, los "piquetes" vecinales de ayuda a los mayores, las cajeras y reponedoras de los supermercados ("somos la tercera clase del Titanic", se lamenta una de ellas), cuya defensa de la realidad nos indica a todos el camino. En el orden político y global, ahí está la OMS, una institución silenciosa, mucho más eficaz que la ONU, que parece entender que la única manera de que nos salvemos cada uno de nosotros es que nos salvemos todos al mismo tiempo."
https://www.eldiario.es/tribunaabierta/pasando-realmente_6_1006909312.html
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