¿Estamos viviendo una pesadilla?¿Tendremos que elaborar el duelo de no controlar "nuestro mundo"? Llevamos días con la cabeza repleta de cifras, advertencias, consejos, normas, prohibiciones, para controlar un virus desconocido, algo así como un extraterrestre maligno e invisible, que viene de otro mundo para aniquilarnos. El desconocido se conforma con hacer una criba de viejas y viejos y, de vez en cuando algún joven más o menos cascado. Por suerte, respeta a los niños. Ellos, los niños, como los murciélagos, les ayudan a transmitirse. Y el mundo, "nuestro mundo" se está volviendo loco.
A estas alturas, nuestros héroes son todos los profesionales sanitarios y demás personal que les facilita su trabajo. Pero están perdidos en su ignorancia, lo que aún da más pena y más miedo cuando son ellos los que han de salvarnos a todos. Los políticos por su parte están dando tantos palos de ciego que más que pena, da coraje. Claro que a ninguno nos gustaría estar en su piel, porque no tienen ni puñetera idea de lo que tienen que hacer. Nosotros tampoco la tendríamos. Sobre todo cuando han de lidiar con el mundo de las finanzas, de la economía salvaje, que aprovecha todo de las crisis.
La gente de a pie pasamos de estar acojonados, a no ver noticias y no creerse nada, al cabreo más grande cuando te está afectando tu bolsillo de una manera inminente y sin otra perspectiva que ésto se va a ir alargando. Las medidas económicas no protegen a la población más necesitada, a las muy pequeñas empresas que ya están pensando en cerrar porque no pueden mantenerse en esta situación. Los autónomos, los grandes olvidados de nuestro sistema empresarial, lo tienen crudo.
Mientras, y para distraernos un poco de esta pesadilla, tenemos un enigma por resolver: ¿Para qué quiere la gente tanto papel higiénico? A mí me han llegado varias posibles respuestas, pero se me hace difícil creerme alguna.
A estas alturas, nuestros héroes son todos los profesionales sanitarios y demás personal que les facilita su trabajo. Pero están perdidos en su ignorancia, lo que aún da más pena y más miedo cuando son ellos los que han de salvarnos a todos. Los políticos por su parte están dando tantos palos de ciego que más que pena, da coraje. Claro que a ninguno nos gustaría estar en su piel, porque no tienen ni puñetera idea de lo que tienen que hacer. Nosotros tampoco la tendríamos. Sobre todo cuando han de lidiar con el mundo de las finanzas, de la economía salvaje, que aprovecha todo de las crisis.
La gente de a pie pasamos de estar acojonados, a no ver noticias y no creerse nada, al cabreo más grande cuando te está afectando tu bolsillo de una manera inminente y sin otra perspectiva que ésto se va a ir alargando. Las medidas económicas no protegen a la población más necesitada, a las muy pequeñas empresas que ya están pensando en cerrar porque no pueden mantenerse en esta situación. Los autónomos, los grandes olvidados de nuestro sistema empresarial, lo tienen crudo.
Mientras, y para distraernos un poco de esta pesadilla, tenemos un enigma por resolver: ¿Para qué quiere la gente tanto papel higiénico? A mí me han llegado varias posibles respuestas, pero se me hace difícil creerme alguna.
Comentarios
Publicar un comentario