Sé que esta entrada puede ser polémica, pero no me importa. Amar y cuidar a los animales forma parte de nuestra evolución como personas conscientes de nuestra animalidad y, lo mismo que no ser solidario entre nosotros es una estupidez, simplemente porque nos necesitamos para sobrevivir, no cuidarles a ellos es como renunciar a nuestros orígenes. Ahora me refiero a los animales de compañía.
Adoptar un gato o un perro puede convertirse en una odisea y, a veces, en una verdadera pesadumbre. No se quién ha dictado las leyes que hoy rigen en las protectoras, pero como todas las leyes que se dictan para todos los casos, se vuelven injustas y muchas veces ridículas. Una puede entender que las personas que las atienden están sobrecargadas de trabajos, casi todas voluntarias, con experiencias de todo tipo, que las han llevado a establecer unas normas.... y punto.
Sabía lo de que te obligan a cerrar ventanas y balcones con tela metálica, para que el animal no caiga por ahí y se mate o quede herido. Lo último que he sabido es que a partir de los 70 años del adoptante, te obligan a poner en el contrato de adopción el nombre de otra persona más joven "por si a tí te pasara algo". Mientras, los animales siguen bien "protegidos" en sus jaulas, esperando ese milagro que no llega.
Yo les diría a esas personas que tánto dicen querer a "sus" animales, que hay muchas formas de querer, y que no se puede tener la seguridad total, en este mundo. Quizás si pudieran dedicarse mejor a atender los casos más individualmente, podrían discriminar si el animal tiene o no posibilidades de ser felíz en un hogar que no cumpla todos los requisitos. Pero claro, ellos hacen lo que pueden.
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